Nuestro alumno de 1 ESO B es un apasionado del motocross. Lo practica en circuito cerrado, por lo que nunca ha tenido problemas con la policía. Reconoce que esta afición es muy exigente físicamente porque tienes que lidiar con todo tipo de terreno y clima. Se aficionó de pequeño, acompañando a su tío que le prestaba su moto para practicar en el campo. Pero su pasión comenzó ya con cuatro años con una moto mini.
No ha participado en carreras pero sí visita algunos circuitos, como el de Las Arenas de Cáceres, donde presenció el campeonato de España. Usa una moto Pisbai con motor roar, de 140 cm cúbicos. Le gustan también otras prácticas deportivas como el moi tai. De mayor le gustaría competir, pero es una profesión muy exigente y costosa. La primera moto de motocross fue con 11 años y se sentía extraño por no saber dónde estaban los mandos.
Sufrió bullying en el IES Cervantes, y las motos le ayudaron a superarlo. Ahora en este "insti Sáenz de Buruaga" su experiencia se puede resumir con una palabra “Felicidad”. Por eso quiere seguir en el IES después de los dieciséis años cursando un módulo de FP de mecánica o electrónica.
Le encantaría pilotar otras marcas, más caras, como la KTM, Kawasaki…, que son muy completas. y se arrancan con la mano, mientras la suya es con el pie. También practica la hípica, pero sólo es un hobby temporal, y lo lleva a cabo en un picadero. No tiene caballo propio, sino de sus tíos y padre. Como a todo motero, le da miedo caerse, pero no es muy usual que ocurra, ya que las motos que le siguen en una carrera lo hacen por su propio carril.
Finalmente, su madre es más reacia a animarlo, pero su padre y tío comparten su pasión. No obstante, tuvo un par de caídas de moto, pero se quedaron tan sólo en alguna contusión
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